SOBREDOSIS DE ELITISMO
Me debato en un mar de dudas. ¿Habremos asistido estos años, sin saberlo, a un festival elitista? ¿Es elitista lo abierto y gratuito? Esa parece ser la inteligente y fundamentada justificación que nos dan los del cuarteto para borrar del mapa castrileño el Festival Sete Sois Sete Lúas. Pero no os preocupéis, no hay pena, en su lugar, según dicen, habrá un original y novedoso mercadillo medieval. Una idea chispeante y fresca que tiene cada pueblo que se precie o que no sea capaz de inventar otra cosa que lo distinga. Esta es la cortedad de miras a la que nos vemos abocados. Está por ver las repercusiones que tendrá en las empresas castrileñas que otros vengan a vender en un mercadillo pagado y, de paso, cual será el desembolso del Ayuntamiento para montar cachuchines y disfrazarnos con chilabas y yelmos. Será mejor que me planche la túnica que me compré en Ceuta y que Mati vaya cambiando la cafetera italiana por una cocinilla de leña. Moriremos del éxito, no lo dudo, asistiremos al evento como estatuas de piedra o sal, sentados.
¿Y pensar, pensarán? Seguro que no mucho, porque consume demasiada energía. Está por ver si esta será la cacareada política cultural que se aleja del caprichoso elitismo, si son los que son, quienes aconsejan y conducen al flamante concejal de cultura (buena gente, nunca lo dudo), no nos queda otra cosa, amarrarnos los machos, primero, huir despavoridos, después, y finalmente sentir pena, por el futuro que nos aguarda.
Y si refiero ahora el artúclo que he hoy he leído en IDEAL sobre las "irregulariades" del Centro José Saramago, en palabras del nuevo Alcalde, reafirmo que, desgraciadamente, para algunos la ética es algo que se lleva prendido en la solapa, para que todos la vean pero que practicar se practica poco.
Dignidad, dicen, honestidad, proclaman, cuando no están inmersos, hasta las trancas, en la estudiada venganza y en el cobro de antiguas rentas. Este fango, que bien conocemos de otros tiempos no muy lejanos, es con el que se untan algunos que han visto llegar finalmente la hora de su venganza.
¿Y pensar, pensarán? Seguro que no mucho, porque consume demasiada energía. Está por ver si esta será la cacareada política cultural que se aleja del caprichoso elitismo, si son los que son, quienes aconsejan y conducen al flamante concejal de cultura (buena gente, nunca lo dudo), no nos queda otra cosa, amarrarnos los machos, primero, huir despavoridos, después, y finalmente sentir pena, por el futuro que nos aguarda.
Y si refiero ahora el artúclo que he hoy he leído en IDEAL sobre las "irregulariades" del Centro José Saramago, en palabras del nuevo Alcalde, reafirmo que, desgraciadamente, para algunos la ética es algo que se lleva prendido en la solapa, para que todos la vean pero que practicar se practica poco.
Dignidad, dicen, honestidad, proclaman, cuando no están inmersos, hasta las trancas, en la estudiada venganza y en el cobro de antiguas rentas. Este fango, que bien conocemos de otros tiempos no muy lejanos, es con el que se untan algunos que han visto llegar finalmente la hora de su venganza.
Actuación del Festival Sete Sois sete Lúas, en la plaza del pueblo.
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