Aunque sólo fuera por el acierto y el atinado gesto que Don Vicente González Barberán tuvo con nuestro pueblo allá por 1982, cuando ocupaba un buen puesto en la política cultural del Estado, merece la pena dar boato y lustre a aquel gesto y al éxito de su gestión. A él le debemos que Castril ostente el título de Bien de Interés Cultural o, lo que es lo mismo, que nuestro pueblo sea considerado y reconocido como Conjunto Histórico Artístico y las ventajas que lleva implícito tal distinción ponderada y merecida.
Lo consiguió en sus tiempos como alto cargo del Ministerio de Cultura y a ese logro se debe la protección, la tutela y el reconocimiento de los valores de nuestro patrimonio cultural, artístico, histórico y natural. A él debemos también el catálogo y estudio de los documentos del Archivo Histórico Municipal, de no ser por su esfuerzo y tesón no podríamos disfrutar, conservar y disponer hoy de documentos y legajos que forman parte de la historia de Castril.
Me alegra que se le tenga en cuenta y se le considere en los últimos años de su vida y que se de valor y mérito a los logros de la empresa que ha marcado el trabajo de toda su vida y su labor como historiador erudito y experto en la historia de la comarca y de Castril. Tengo el honor de conocerle y le admiro, mucho me temo y me alegra, aunque le joda a alguno que no lo esperaba, que ese es un sentimiento mutuo que él me dispensa con semejante reconocimiento y aprecio. Aunque no esté esta noche con él, ni asista en persona a su conferencia de hoy en Castril, lo tendré presente en mi mente y desde aquí le agradezco el buen ojo, su visión de futuro y la excelente gestión que ha permitido conservar lo que tiene de bueno esta tierra y frenar con su gesto la especulación y la destrucción de tan singular y valioso bien patrimonial.
No han faltado en todos estos años detractores a la declaración de Castril como Bien de Interés Cultural. Lejos de ser una carga o un freno, es la mejor carta de presentación y el aval más certero que da valor y renombre a Castril y lo ha colocado como un destino turístico apreciado por su paisaje, su historia y la apabullante riqueza de su patrimonio artístico y natural.
Mucho tiene que ver Don Vicente en el conocimiento del valor y singularidad del famoso Vidrio de Castril, fruto del rigor de su investigación y de la documentación recogida y divulgada sobre una de nuestras más potentes señas de identidad.
Aquí queda mi reconocimiento al valor de su empresa, mi admiración, mi respeto y mi afecto sincero.
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