DE CONTRATOS Y DESPIDOS

Cuando hay escasez de trabajo es difícil contentar a todo el mundo y muy fácil herir sensibilidades al no cubrir la expectativas creadas o al elegir a los empleados con mejor o peor criterio y acierto. El caso es que nunca se contenta a todos. No seré yo quien tire la primera piedra sobre un tema en el que, con toda seguridad, yo he cometido errores que, aunque pueda justificar o aclarar, nunca convencerán a todo el mundo y siempre estarán bajo sospecha, especialmente entre quienes se quedan fuera de los empleos creados.

A pesar de todo, estoy convencido de que a la hora de contratar en el Ayuntamiento tuvimos en cuenta muchos factores, en los que no fueron ajenos, sería hipócrita decir lo contrario, cuestiones de índole personal o de amistad de dudosa ética y difícil justificación. Lo reconozco como un error reprobable y corregible, pero con la certeza de haber actuado siempre en el marco de la legalidad. Si el Alcalde mañana decidiera despedir a toda la gente que yo contraté  se daría cuenta de muchos de ellos y ellas no son precisamente amigos o votantes míos. Eso corrobora que aunque hubiera desaciertos, se contrató a gente de todas las sensibilidades y opciones políticas. Ejemplos hay muchos y no se necesitan más detalles que dan fe de ello. Lo que me llama la atención es que este Gobierno Municipal se ha presentado así mismo como el guardián y valedor de la “Democracia Real” y remedio a mis supuestos, puede que a veces ciertos, déficits democráticos. Si es así, a qué repetir mis pretendidos errores y aplicar verdaderas purgas estalinistas e incomodar o despedir a gente que no tiene culpa alguna, si los hubo, de mis errores.

Esto tiene la misma lógica y el mismo despropósito que afirmar que se van a revisar las horas legalmente aprobadas a usuarios de la Ley de Dependencia porque a juicio del Alcalde los dependientes merecen las horas concedidas o no. Como si eso dependiera del criterio del del Equipo de Gobierno o fuera de su competencia. No se pueden prometer cosas que uno no puede afrontar o están fuera del ámbito competencial del Alcalde. Aunque haya que disculpar la osadía e imprudencia de los novatos y ser indulgentes con los errores fruto de la inexperiencia, hay temas en los que es exigible y necesaria más prudencia y menos precipitación. Para eso sirve el Secretario del Ayuntamiento, para asesorar y marcar la línea de la legalidad, precisamente por eso, desdeñar y ningunear al Secretario es el craso e imperdonable error que trae como consecuencia tales disparates y desatinos.

Es un misterio quien es el asesor o asesora del Alcalde en estos temas, no lo es que tales consejos y asesoramientos legales dejan mucho que desear y plantean muchas incertidumbres sobre las decisiones y actuaciones que se llevan a cabo con directrices tan poco edificantes y tan escasas de cobertura legal. Será más prudente y correcto recular y evitar un más que seguro pleito que el Ayuntamiento perderá y que lo obligará a readmitir a las empleadas despedidas, que en alguno de los casos llevan más de veinte años trabajando y que en su mayoría son trabajadores fijos discontínuos.

Amenazan con que la cosa no terminará aquí y que ahora le llega al turno al resto de empleados municipales, menudo marrón y caros compromisos del cuatrigobierno de seis.

No veo en ese papel a la Concejala de IU, que es además experta en estos temas y sindicalista. Que dirá ella de todo esto y de que se despoje a los trabajadores de sus más elementales derechos laborales.