CAÍN

Desde que abandoné la alcaldía o desde que ella me abandonó a mí, reinicié un proyecto aparcado durante años y que, finalmente, ha tomado forma y se presentará el próximo otoño en Cádiz. Otra vez hay un bailarín que posó hace años para mí y  cuya calidad y carisma dieron lugar a unas  magníficas, potentes y bellas imágenes, que son la base de este nuevo trabajo. Lo del título  vino después, me llevé el libro de Saramago, titulado Caín, a mis vacaciones en Cádiz, al releerlo encontré  ideas e inspiración, además de divertirme mucho, porque  los últimos libros de Saramago rezuman ingenio, bastante sentido del humor y una finísima ironía. Me he fijado en el personaje de Caín, no como el asesino de su hermano, más bien, como el hombre incomprendido y frustrado por no ver reconocido su esfuerzo por el mismo Dios que premia a Abel.
Caín es el tesón y el pudor, frente a la coquetería, el hedonismo y la belleza de Abel (me refiero al de la Biblia, no al hijo de Benito y Mati, aunque este también sea guapillo y coqueto). El proyecto contará con una veintena de obras de gran formato y realizadas con técnicas que utilizo por primera vez. Impresiones digitales enormes, posteriormente intervenidas, como diría mi amigo Orlando, "rabiosamente modernas". Bromas a parte y dejando a un lado las sesudas motivaciones de la obra, estoy muy ilusionado con el nuevo trabajo y con el reto que supone usar técnicas que desconozco y que no tengo claro de como resolveré o si el resultado final me gustará y si, de paso, gustará al público. Cuento con un apoyo esencial y muy oportuno, se trata del comisario de exposiciones, agitador cultural, mecenas, coleccionista y crítico de arte gaditano,  Paco Cano. Además de todas estas cosas y de otras muchas del abanico de capacidades y oficios que desarrolla, con reconocimiento y prestigio. Además de todo eso, destaco y presumo, es uno de mis mejores amigos y la opinión cualificada que más valoro, admito y asumo, en lo que al arte se refiere.   

Paco Cano acaba de regresar a Cádiz, viene de  Estados Unidos, ahora trabaja en un gran proyecto cultural relacionado con los actos de conmemoración del Bicentenario de la Pepa, que así se llamó a la Constitución  que proclamaron las Cortes de Cádiz en 1812.  Él se ha tomado muy en serio su participación en mi proyecto y lo ha hecho suyo, me ha procurado los medios técnicos para realizar la primera y más complicada fase del trabajo y  se ocupa de la intendencia de este nueva propuesta expositiva del Alcalde que vuelve a los pinceles. No es la primera vez que trabajo con Paco Cano, tuve la suerte de diseñar una carpeta de gravados de David de Almeida sobre poemas de José Saramago. El trabajo se llamaba POEMAS POSIBLES y fue editado gracias a Paco Cano, como director artístico de la galería de arte madrileña Arte y Naturaleza. Es un trabajo lujoso y cuidado, que fué todo un éxito y que me hizo sentir muy honrado al pesentarlo, como diseñador del trabajo, junto a José Saramago, David de Almeida y Paco Cano. Nada menos que en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Los entendidos del arte y la cultura entenderán mi satisfacción, si conocen el prestigio y nivel de esta institución cultural, la misma en la que me reuní con mi querida Alicia.
Será por el lugar escogido, pero guardo buenos recuerdos de ambas citas.

En mi nueva propuesta, que se presentará bajo el título ya anunciado, CAÍN, proliferan los desnudos masculinos explícitos y sin pudor.  Algunas obras son controvertidas e irreverentes y  me darán, con toda seguridad, algún quebradero de cabeza.

Es mi visión sobre una idea de José Saramago, abordada con total humildad, reverencia e independencia.  Mi nuevo trabajo no pretende ser una recreación pictórica de la novela del Nóbel portugués. Me he apropiado, sencilla y simplemente, de su idea, de su visión genial y trasgresora del personaje bíblico, dueño una reputación sin honor y sin posible redención. Para Saramago hay otra lectura de la historia de Caín y Abel y yo ahondo en esa visión del primer asesino fraticida.

Yo dibujo a un Caín diferente, incomprendido, marcado y rechazado, al personaje del libro de Saramago, no al de la Biblia. Como la suya, la mía es una visión personal y atípica del personaje y de su destino. Si me dejan, la traeré y expondré en Castril, para que haya otra cosa de mi trabajo que criticar, rechazar o disfrutar y apreciar.

De eso se trata, los artistas trabajamos  para nosotros mismos, disfrutamos al crear, pero en el fondo, también buscamos el reconocimiento y el aplauso de los demás.

Nunca antes había disfrutado tanto y había sentido un subidón de adrenalina creativa tan positiva. Será que llegó en el mejor y  más oportuno momento o será que tenía ganas de expresarme de otro modo, del que mejor se me da y en el que deseo emplear mi tiempo en adelante.
No, no estoy diciendo que abandono la política de inmediato, seré fiel a la gente que me apoyó y dió su voto, pero eso será estos años, no habrá, al menos eso pienso en este momento, una nueva contienda electoral en la que participe directamente o como candidato. No cierro puertas, abro  nuevamente otras que me seducen e ilusionan.

No me seduce trabajar en un proyecto de gestión municipal en el que haya  filias y fobias tan polarizadas y extremas, no me interesa trabajar, ni gastar energía y salud en proyectos  en los que mi sola presencia es motivo de polémica o rechazo absoluto de algunos sectores del pueblo, los mismos que confunden vehemencia y democrática con crispación, acoso y derribo del rival. 

Es cierto que cabe la posibilidad de que ocupe un cargo como Diputado, aunque así fuera, no abandonaré ya los pinceles y el arte, está decidido, ese será el rumbo de mi profesión y futuro.