Hoy me he acordado y presento a un “coiffeur” emplumado que es el locutor de la radio local más destacado, aunque ese altavoz o bocina, siendo vecino del nuestro, viva su vida en el pueblo al lado. Es además, para su consiguiente descrédito, el que inventa y difunde más chismes, infundios y trolas. Expande sus puyas y desnortadas ventoleras entre peines, tijeras y navajas barberas, a base de rumores sin base o de ficticias novelas. No te engañen sus ardiles de santo varón, ni el blancor de su fachada o sus golpes de pecho fingidos y vanos. Es como aquellos que el libro sagrado nombre y define como “sepulcros blanqueados”, limpios por fuera y en el interior, corrompidos, nauseabundos, impíos y falsos. Es payo aunque gitana sea la madre, en su proceder y su sangre no se atisban, ni asoman, resquicios de la bondad de su otra familia o del padre.
No repara en la lógica aplastante y certera de que mucho hierra y tropieza el que habla mucho y en mentir se empeña. Si de eso se trata, de hablar, criticar, fabricar infundios y levantar falsos rumores, es un avezado especialista, redomado rufián y un maestro de los mejores.
Si te interesa saber al dedillo y ponerte al día de lo que se cuece en la olla de diretes, dimes, inventos y cuentos, da igual que sean reales o inciertos, solo tienes que visitar la barbería y escuchar al barbero. El corte de pelo, el afeitado de la barba o el rasurado del pescuezo lleva implícito y gratis, a modo de descuento, el parloteo sin fuste o sentido, la incontinencia verbal y el consiguiente tropiezo.
Aunque en su caso le sea aplicable aquel dicho que advierte de que “a necias palabras, sordos oidos”, no me resisto a afirmar, aun levantando ampollas, generando aspavientos o produciendo escozor, que la norma general la casa de este "coiffeur" atildado es la charlatanería, el barrunto, la insensatez sin control.
Si de dedos de frente se trata, cuando se dice de alguien que tiene dos, yo me inclino a pensar que él tiene uno solo y solo cuando tiene el cerebro inflamado.
Si de dedos de frente se trata, cuando se dice de alguien que tiene dos, yo me inclino a pensar que él tiene uno solo y solo cuando tiene el cerebro inflamado.
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