El lunes me regañará Domingo por lo que escribí del barbero, que es, mucho me temo, el único amigo que tiene el peluquero en el pueblo. Él lee mi blog y siempre tiene algún agudo comentario que hacerme. Su opinión me importa, para qué lo voy a negar, como me importa la opinión que me da otra mucha gente. Por eso le agradezco el apunte, la crítica positiva y el tiempo que pierde en leerme. Entenderá que en el caso que nos ocupa aplique un refrán como penitencia o lapidaria sentencia, "Quien a hierro mata, a hierro muere". Es decir, que no estaría mal que el barbero fuera más comedido y se mordiera la lengua al abrir su bocaza para esparcir estiércol.
Faltas y fallos tenemos todos, yo el primero, pero el barbero se pasa bastante y necesita algún correctivo y un freno.
No tendré empacho en ponerle frente a un Juez si insiste en manchar con injurias mi nombre, difundiendo insidias e infamias con temeridad y sin tiento. Como todo pecado tiene perdón una vez confesado, que se aplique el cuento y aprenda lo que significa el propósito de la enmienda. Así nunca más tendré motivos de queja por ser tan vilmente atacado, ni podré echarle en cara al barbero que es lenguaraz, insensato y osado.Ya sabeis lo que dice la coplilla de antaño, "tururú, el pelo no se cae con la gripe, que se cae con las tijeras de........"
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