María Escudero, su marido Paco y yo en la Romagna, Italia.
Si alguien que me ha ayudado en política, por encima de todos, esa es la Senadora granadina María Escudero. A ella debemos en gran parte el destino del 1% cultural a la restauración del castillo. No ha sido esta su única ayuda, ella ha colaborado de una manera muy estrecha conmigo durante todos estos años y en muchos temas y proyectos, me ha aconsejado y guiado en numerosas ocasiones para enmendar o enderezar torpezas y para abordar y pelear por los proyectos que hemos llevado a cabo en Castril.
Por encima de todo eso hay una cosa que valoro, es la amistad que me ha brindado, su intensidad e incondicional lealtad, duradera y sincera. No conozco muchas mujeres en política con su capacidad y eficiencia, sin perder nunca la ética y el compromiso como principio fundamental en su labor política y vital. Ha sido una buena escudera, preocupada y atenta por todo y bastante generosa con su preciado tiempo para las cosas que afectan a Castril y a su Alcalde favorito. Ya no soy el Alcalde, pero queda el amigo.
Por encima de todo eso hay una cosa que valoro, es la amistad que me ha brindado, su intensidad e incondicional lealtad, duradera y sincera. No conozco muchas mujeres en política con su capacidad y eficiencia, sin perder nunca la ética y el compromiso como principio fundamental en su labor política y vital. Ha sido una buena escudera, preocupada y atenta por todo y bastante generosa con su preciado tiempo para las cosas que afectan a Castril y a su Alcalde favorito. Ya no soy el Alcalde, pero queda el amigo.
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