JOSE Y PILAR

Ya hay programa de fiesta y cultura para este verano en Castril, me lo dio Andrés "Bisbal" (el Concejal, no el que canta), lo he ojeado y no puedo decir  que esté mal. El Concejal de Festejos, Asociaciones y Fiestas, pasa con un aprobado raspón, sube la nota si tomamos en cuenta el momento de crisis que nos toca vivir, me refiero a la escasez de dinero y recursos para la cultura en épocas de crisis económica como la actual.

Me sorprende y agrada que el programa incluya y proyecte  el documental o película  titulada "JOSÉ Y PILAR", será positivo, aleccionador y oportuno para el pueblo y su gente.

Yo la he visto y  presumo de haber sido un extra en la película, aparezco una chispa en la escena de la boda dichosa, aunque fui testigo en persona, de la gran mayoría de escenas de este documental, que recorre la vida, en casi cuatro años, del Premio Nóbel, José Saramago y la periodista y traductora, Pilar del Río. 

La recomiendo de veras, para que al verla todos seamos conscientes y caigamos en la cuenta de lo que significa Saramago y su relación con Castril.

Me sorprende y me gusta que se tenga ese gesto, aunque tan feos gestos se hayan tenido de antemano con José Saramago y, sobre todo, con su esposa Pilar. Ellos nunca han merecido el bochornoso y rastrero trato que han recibido en Castril. Yo  me meto el primero en el saco, nadie está libre de este "pecado" o faena,  me siento responsable y lamento de corazón, los malos momentos y afrentas que hemos causado a José y a Pilar. Me dijo el Alcalde resuelto en su despacho, que ellos van a recomponer la relación y el contacto con Pilar del Río Saramago,  piensa que soy yo el único escollo y culpable de la decepción y distancia con Castril de Pilar. No es verdad, ni se sostiene en píe este argumento, es torticero el motivo que achacan, sin tino o razón, a la monumental decepción y cabreo que tiene Pilar con Castril.

No se trata de mí. No, no es eso, es otra cosa distinta en realidad.  Recrimino a los castrileños y entre los que me incluyo,  por la falta  de valores y generosidad, por la ausencia de respeto debido y merecido al Nóbel castrileño y a la castrileña Pilar.   

Al ver la película, rodada como un documental trepidante que narra la vida diaria del gran Saramago y la extraordinaria Pilar, refresco en mi mente los buenos recuerdos que guardo de aquellos momentos que tuve el honor  y la dicha de vivir con José Saramago y Pilar.

Yo tomo nota y aprendo de mis errores y faltas, deduzco por eso que es algo que todos podemos hacer y, aunque no sea yo el responsable de lo que sienta, agreda o moleste a  Pilar, no está mal que se busque el remedio y la cura a esta afrenta insensata, que no ha merecido nunca esa generosa y valiosa mujer. Lo que merecen ella y Saramago es, desde luego, gratitud, reconocimiento y valor.

Es de inteligencia y justicia asumirlo, para proceder y  actuar desde  la  sensatez y el buen tino, si realmente se busca y se busca con lealtad, restaurar los puentes y  ganchos con que recomponer los lazos del compromiso y afecto de Pilar.
A eso ayudará, tomarlo en cuenta que es serio, no  manchar nuevamente su nombre, su prestigio o su honor. Evitar provocar o dar crédito a  infundios y  ofensas, no ser autores, correa o eco, ni eslabón de esta cadena de inventos, falsos rumores  y bulos cargados de abyecta  intención.