¿REALIDAD O TONTUNA?, AHORA EL AGUA DA CÁNCER EN VEZ DE REÚMA

No doy crédito, me aturde y me abruma, que el agua ahora da cáncer en vez de reúma.

Ese afán desmedido de sobresalir en este cuatripartito gobierno ha llevado a mi Alicia y arrastardo a Miguel a tal desatino. Tanto monta, monta tanto, ambos son responsables de este lío del amianto.

De ayer a hoy aumentaron las diarreas y vómitos y, de paso, la venta de agua embotellada en garrafas y a cantaros.

¿No será que ya está en marcha la embotelladora de tan preciado elemento y buscan darnos gato por liebre o, mejor dicho, agua de las Tabernillas en vez de la del Nacimiento?

No puedo entender, ni cabe en el cabezón que sujeta mi cuello, semejante locura y fatal desafuero. Esta gente se califica a sí misma con estas tropelías, incontinencias del verbo, iniquidad, tontuna y desacierto.

¿Quien  hallará ahora una solución, impondrá cordura o encontrará un remedio?  ¡Nadie de ellos lo hará, es evidente, mucho me temo!

La gente del pueblo está asustada y acusa el lógico miedo ante la revelación y ocurrencia de la peripuesta  Alcaldesa y del inconsciente florero.

La forense, más comedida y prudente, cierra la boca y abochornada se esconde. No crean por eso que ella no es ajena al asunto ya que no hace mucho que afirmaba e hizo firmar a incautos e ingenuos vecinos, que una antena alejada y distante causaba semejantes efectos e igual de dañinos.

No faltará el informe de algún médico alternativo que contradiga lo que afirma la OMS o la Asociación Española del Cáncer sobre este asunto en concreto. Así  darán  veracidad y contenido al fiasco  de la alarma creada, el temor y el vecinal desconcierto.

Si hubiera verdad en lo afirmado y divulgado en los medios, ¿Que hacen el Alcalde y su portavoz en los medios que no han cortado las fuentes, precintado los grifos y clausurado los riegos? Por fin tendrá un uso adecuado el camión de bomberos para surtir de agua sana  a vecinos y forasteros, llegada de otros manantiales o nacimientos.

Insisto a riego de repetirme y ponerme pesado, ¿En qué avispada cabeza cabe semejante demencia? ¿Dónde está la prudencia, la sensatez o la cordura de este gobierno de cuatro que nos autoinmola?  

Es tema tiene enjundia y  mucha miga, no estoy seguro pero habría que saber y tener claro de quien son las competencias, obligaciones y deberes en el abastecimiento y consumo del agua que nos bebemos. Si la responsabilidad es municipal, más grave y espinosa será el problema, sin son ciertas las afirmaciones vertidas no tendrán más remedio que atajar el consumo de esta agua emponzoñada, venenosa y maligna.

Traer el agua del corazón de la sierra, de un manantial cristalino con nombre popular y recurrente apellido, es un lujo disfrutado por pocos que no merece ser desdeñado sin la necesaria cautela.  Vayamos a que con tanto alboroto y alarmismo acabemos bebiendo agua embotellada o bombeada del mismo Portillo.

No puedo ocultar que estoy turbado, cabreado y perplejo y no encuentro lógica, ni hay raciocinio o acierto, en el proceder de tan temerarios e irreflexivos responsables de gobernar nuestro pueblo y velar por el bienestar de sus vecinos.

Conclusión; La venta de agua embotellada se ha disparado, los tenderos se frotan las manos y se muestran ufanos, con esta nueva mina de oro, chiringuitos, bares y supermercados.  

Yo, mientras tanto, bebo agua del grifo, fresquita, en infusión o con limón granizado. Espero no ser castigado con alguna enfermedad inoportuna que me haga tragar mis palabras, aunque así fuera, no se me ocurre pensar, si eso ocurriera, que es por causa del agua que bebo fresquita del grifo o de la nevera.