PINCELES Y LIENZOS

Así, como quien no quiere la cosa, ya cuento con una cincuentena de nuevas obras, cuadros de pequeño y mediano formato que no tienen nada que ver, o sólo un poco, con lo creado hasta ahora. He de buscar un título adecuado y que sea capaz de aglutinar en una palabra o frase el sentimiento y sentido de este nuevo trabajo. Estas obras no forman parte del proyecto de “Caín” que me aguarda en Cádiz. Este ha sido un divertimento de las tardes de los últimos meses y son una suerte de pequeños paisajes de Castril, sobre todo del río y las alamedas, pero tratados y plasmados con una absoluta anarquía y total abstracción. A mí me gustan, pero creo que no serán del gusto de la mayoría, no obstante, podré soportarlo, por ahora me basta con que me gusten a mí, con los buenos ratos que he pasado pintando y con los malos rollos que me he ahorrado dedicando todos mis sentidos y energía en pintar, en manchar y emborronar lienzos. Hoy, mientras los distribuía por el suelo, con la consiguiente molestia para Juani, que estaba limpiando y arreglando mi casa, me he asombrado de la cantidad de obras que he pintado y de los bien que quedarán todas juntas en una exposición. Estoy pensando en solicitar la Fábrica de la Luz al Ayuntamiento y exponer este nuevo trabajo, ya veremos. Me encanta el sitio y no creo que me pongan pegas, salvo que se haya creado una comisión de expertos en arte y tengan que decidir sobre la calidad de mi obra, si depende de Canispes o personajes semejantes, difícil lo veo. Para ellos soy malo en todo y mi obra artística no se escapa a ese juicio, aunque haya colgado mis cuadros en algunas de las mejores y más prestigiosas salas de exposiciones y museos de España. Nadie es profeta en su tierra, eso dicen y suele ocurrir.