De todos los proyectos que intenté llevar a cabo en Castril hay uno que no fraguó y supuso uno de los mayores fracasos de mi gestión, al menos para mí. No hubo forma de encontrar la financiación para la construcción de la sede del Centro José Saramago y finalmente nos tuvimos que conformar con la reforma del centro ya existente. Es una pena y una gran frustración para mí, aunque visto lo visto no se si habrá sido lo mejor, sobre todo viendo la situación actual de aquel proyecto tan ambicioso y que ha muerto sin remedio. Entre todos lo matamos y él sólo se murió, pienso yo.
Este era el proyecto. Un sueño que se quedará en el olvido.
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