Hay un hombre que, sin serlo, en otro tiempo habría considerado casi como de mi familia, por respeto a su esposa no revelaré su identidad, no es necesario, ni me supondrá alivio alguno dejar aquí señalado su nombre y la fealdad de sus actos hacia mí. De entre las muchas barbaridades que suelta por la boca me ha sorprendido una que me llama poderosamente la atención, según él, me quedan unos días antes de que me “metan en la cárcel”, lo que al parecer le llena de gozo y satisfacción. Esto que solamente será fruto de un arranque de “malafollá” me molesta viniendo de la boca y de la familia de la que viene, sobre todo porque no alcanzo a descifrar dónde radica el motivo que les genera este odio atávico y este deseo irrefrenable de una venganza incomprensible. No es nuevo, más bien es un rasgo de su personalidad, que por esa boca salgan todo tipo de despropósitos, insultos y barbaridades. Mi madre no quiere que tome en cuenta nada de esto y me ruega que no haga caso y tenga siempre presente la memoria de una mujer por la que sentí y conservo un aprecio enorme y unos sentimientos tan fuertes y arraigados que me hacen sencillo olvidar y quitar hierro a los muchos desaires y feos que recibo de su descendencia. Es verdad que algunas cosas duelen más que otras y que no es igual quien diga una u otra cosa, ni su valor o efecto es el mismo llegando de gente a la que se aprecia o de aquella por la que no se guardan similares afectos y lazos. Hace tiempo que se sobrepasaron los límites aceptables y, como digo, sólo mi madre y sus sabios consejos y encarecidos ruegos me hacen recapacitar, perdonar, excusar y dejar pasar cosas que en otras circunstancias ya habrían supuesto la toma de medidas judiciales o de otra índole.
Ya es difícil aguantar la falta de respeto de aquellos que nunca te lo ofrecieron, pero recibirlo de aquellas personas que no tienen motivos para tal desdén es realmente doloroso, hiriente e irritante. Nada tienen que ver, ni lo justifican, las de las ideas políticas de cada uno y la pertenencia a una formación política o sensibilidad distintas a la mía, se trata más bien de una cuestión de respeto, memoria y conciencia. Se de antemano que esta es una batalla perdida y que no hay nada que pueda remediar semejante torrente de infamias y oprobios. Queda y pervive, claro está, la tranquilidad de la conciencia de cada uno y el respeto a la memoria de aquellos o aquellas que con su cariño, sincero y desinteresado, se ganaron, aún después de la muerte, que hoy me siga obligando a perdonar y olvidar aquello que me hiere, viniendo de quien viene. Mucho me temo que, a pesar de las pretensiones y anhelos de algunos, no hay en mi gestión motivos que vayan a dar con mis huesos en cárcel o prisión alguna, aunque de antemano algunos me deseen tal pena y me condenen sin pruebas, juicio o sentencia, salvo las que brotan de tan deslenguadas y faltonas bocas.
Cada noche al acostarme beso dos pequeños portarretratos que tengo en mi mesita de noche y que guardan, como un preciado tesoro, las fotos de dos personas que me procuran una apacible sensación de protección y ámparo, ambas fallecieron hace tiempo. Una de esas fotos es de mi abuelo Juan, la identidad de la otra la sabemos ella (desde el cielo) y yo. A nadie, más que a mí y a ella, le importa y reconforta, aún muerta, su viva presencia.
Cada noche al acostarme beso dos pequeños portarretratos que tengo en mi mesita de noche y que guardan, como un preciado tesoro, las fotos de dos personas que me procuran una apacible sensación de protección y ámparo, ambas fallecieron hace tiempo. Una de esas fotos es de mi abuelo Juan, la identidad de la otra la sabemos ella (desde el cielo) y yo. A nadie, más que a mí y a ella, le importa y reconforta, aún muerta, su viva presencia.
ESTAS MAL PERO QUE MUY MAL , TU NECESITAS AYUDA PSICOLOGICA, DESDE QUE NO MANDAS TU CABEZA ESTA QUE ECHA HUMO, CUIDATE LA MENTE CHAVAL.
ResponderEliminarSi tan buenos consejos te ha dado tu madre, porque coño no te aconsejo cuando estabas de alcalde que no jodieses a la demas y destrozaras a familias enteras, o fue eso lo qui realmente te aconsejo, en tal caso sois tal para cual madre e hijo.
ResponderEliminarY si aconsejo otra cosa porque coño no le hiciste caso.
Sea lo que sea tienes lo que te mereces, y estas recojiendo lo que has sembrado.