Desde un lugar de nuestro pueblo Desde un lugar de Nuestro pueblo: PIEDRAS, PEÑONES O INOPORTUNOS TAPONES.

viernes, 23 de septiembre de 2011

PIEDRAS, PEÑONES O INOPORTUNOS TAPONES.



Hoy me permito una pequeña bromilla, como un chascarrillo o inocente guasilla. Esto ejemplifica y demuestra que siempre hay una luz en el pozo que ilumina, orienta, guía y brilla.
Cuando nuestra castrileña Patrona, la Virgen del Rosario, por la Plaza del Árbol Gordo pasee en su florido y hermoso trono, tendrá que levantarse la saya y el manto, para franquear de un salto los inoportunos peñones que taponan el paso.
Para evitar que algún coche pise el portón, colocaron dos piedras, cual barrera o tapón, que impiden el paso de la procesión.
“Mea culpa”, es cierto, soy yo y no otro, el que sembró nuestras calles de rulos de era, piedras de molino, peñones y frondosas macetas.

Este es sólo un pequeño e insignificante ejemplo que advierto perplejo, el afán de borrar o condenar al destierro, cuanto tenga conmigo que ver o sea fruto y legado de los años de mi gobierno.

2 comentarios:

  1. Hoy me siento Nazareno

    Espero travestido de Nazareno que llegue mi madre,
    sus manos doloridas
    sus pobres pasos lentos
    culpa de pedruscos en el camino que indican mi destino

    Sorteando rulos, o quizá sean campanas mastodónticas traídas por romanos,
    saltando a trompicones mientras los badajos golpean en nuestros corazones

    Verdad diaria de sueños y fracasos
    hasta en mi sombra hay música de tormenta

    Horquilla, dolor, ganas mías de llorar al ver las piedras levantar

    vida, fracaso, oscuridad de no tenerte D. Joaquín viendo a la Virgen subir junto a mi en esta procesión de infinitas hogueras,en esta procesión de ruedas de molino

    Noches de lamento y llanto
    dejan una estela de silencio
    un rosario de desgobierno: maldito pueblo que borra mi huella de cónsul,
    que quita mis piedras
    que me jode la pena que ya es joderme
    sintiendo el desamor de ver mi legado fatigado

    Se me rompe la carne,
    mi carita de pena al contemplar ¡oh! madre sentida, como cojeas bajo el sol saltando por entre rulos y tornajos

    ¡Qué maldito calvario!
    y tú, mi añorado D. Jaoaquín, ¿ sientes mi dolor,
    al ver a nuestra alcaldesa cojeando?

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  2. El chaperito y el Nazareno lo han escrito la misma persona. Bueno, bueno, bueno. Ojalá los lea J.J. y vea que hay gente que se expresa mejor que él, sin necesitad de ser tan reiterativo en los epítetos y adjetivos.
    Alucino con mis paisanos de Castril.
    Chapeau para el Administrador y para el Anónimo que ha escrito estos dos comentarios a los que aludo y que me tiene cautivado con su fina ironía y su verbo fácil y bonito.
    Lo dicho, ustedes no son de la generación del spatarrao, sí ese que decía que tos íbamos para destripaterrones menos los hijos de los maestros y los que vivían en la plaza.

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UR