¡Válgame Dios!
¡Qué mala suerte la mía!
¡Qué negra y qué fea!
Cada vez que presento en el Ayuntamiento un escrito al registro o la queja que sea el ordenador se bloquea.
Más vale que se llame a un servicio técnico cualificado que solvente el problema que descontrola y desconcierta al ordenador con mi sola presencia, pues, finalizado el idilio del tiempo de gracia que se concede a un Alcalde en su nueva etapa, la oposición municipal arranca y lo hace con muchas ganas de dar la lata.
Esta y no otra, es la labor obligada para los Concejales de la Oposición, ejercer su derecho a exigir explicaciones al Equipo de Gobierno y la idoneidad, conveniencia o verdad de su gestión.
Si de mí dependiera y se atendieran mis peticiones o aspiraciones, teniendo en cuenta que el Ayuntamiento es dueño de una web propia en la que se pueden volcar, ente otras cosas, los acuerdos tomados por Comisiones de Gobierno y Plenos, estaría bien que toda esa documentación fuera accesible y pública para el conocimiento de todos los vecinos de pueblo.
Si la pretendida opacidad de mi gestión al frente del Ayuntamiento fue objeto de críticas furibundas y reproches constantes por la falta de información, ahora que se gobierna con una total transparencia, o, al menos, esa era su pretensión y manifiesta promesa. Sería higiénico, conveniente y deseable, que la web del Ayuntamiento publicara, sin perder tiempo, los contenidos, orden del día, mociones, resoluciones y acuerdos, de los Plenos y de la Comisión de Gobierno.
Eso sí sería transparencia y evitaría que esta web se mantuviera inactiva, en letargo o prácticamente muerta. Además, en mi humilde opinión, esta sería una buena y oportuna labor para el Concejal de Nuevas Tecnologías y Asuntos Modernos.
Por lo menos, en mí etapa tan criticada, la web municipal, más que opaca, era dinámica y ofrecía una información periódica, útil y actualizada.
Creo que hasta la fecha, los únicos cambios que se han realizado en la citada web, se han limitado a borrar mi nombre o el rastro de mi gestión, trabajo o presencia.
Y será cierto que el ordenador del Ayuntamiento también se asusta cuando ve a José Juan Mar, alias el Saramago, ese ordenador no tiene un pelo de tonto y piensa hay viene el Lute, esconder las carteras y apagar el PC.
ResponderEliminarTOTALMENTE EL ORDENADOR NO ES TONTO NA MAS LO HUELA SE LE METE UN VIRUS JAJAJAJAJAJAJAJA, HAY QUE JOSE JUAN MAS RASTRERO EN REALIDAD DA ASCO YA ESTE PERSONAJE DE POCO PELO.
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