miércoles, 2 de noviembre de 2011
SIEMPRE FUI UN VELETA
A quienes me reprochan y cuestionan mi cambio de posición en algun asunto de enjundia, les doy la respuesta a esa pregunta; “los sabios cambian de opinión, los tontos nunca”.
Es de sabios cambiar de opinión, no me considero un sabio por hacerlo, es una forma de hablar, tampoco recurro a la obviedad que encierra esta respuesta como pretexto para justificar mis cambios de posición, rumbo o ideas. La opinión varía con la experiencia y las lecciones que te dan la gente, ya sea en la vida o en la política. Lo único que considero inamovible y no quisiera modificar es el esquema de valores que me sirve de guía y al que no quiero renunciar o faltar.
Si hay algo que he aprendido y lo llevo marcado a fuego, es que en política prevalece el sentir de la mayoría y no la propia opinión que uno considera como la verdad absoluta. De los errores se extraen dolorosas y aplastantes lecciones, sobre todo cuando uno asume y acepta que los tiene y que corregirlos conviene.
De todos es sabido que erre en mi postura frente al proyecto de río, quizás no en el fondo, sí en la forma o en mi falta de “tacto” para defender y explicar la obligada coherencia de mi postura. No me escondo de aceptar el fallo y de lamentar haber escogido un camino equivocado o, por lo menos, de no haber sabido trasladar a los vecinos mi posicionamiento y su razonamiento. Visto con una cierta distancia y aunque sigo pensando lo mismo de quienes encabezaron la contienda contra este proyecto y sus intereses aviesos, he de reconocer que el fallo estuvo en no haber sido sensible a lo que esperaba la gente de mí y de que fui víctima de una platónica idea de solidaridad y cohesión hacia quienes no la han demostrado con los vecinos de Castril. Es posible que mi obligación hubiese sido colocarme en otro lado y defender lo que la mayoría de la gente quería y de mí hubiera esperado.
Aceptado el error, aunque pudiera justificarlo o desmontarlo con mil matices o datos, si lo hubo o no, cumplí lo acordado y cambié de opinión para estar al lado del sentir mayoritario de la población. Pero en este mundo de locos no se puede variar de opinión, no lo permiten los adversarios surgidos al calor de la defensa del río. Si me coloco a su lado y apoyo su posición, se les acaba el chollo de atacarme con ese pretexto o razón.
Estas son las contradicciones de la vida y las flaquezas de quienes no aceptan más que su propia opinión y se arrogan el derecho de decidir quien opina, que ha de opinar, quien apoya o quién no.
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hay que pena me das, tapa tu fascismo mas podrido que esta en el fondo de tu corazon, con estas vanas palabras, tu no eres trigo limpio eres un traidor y un facha de mucho cuidado, tu no aceptas nada de nada tu eres victima de tu rencor profundo que sufres desde antaño, tu as tratado a un pueblo a patas te as reido de ellos con tu risa vulgar, eres lo peor que le pasado a castril en 100 años.
ResponderEliminarHola José Juan, cambias de posición como la veleta al viento, como el Camaleón de color de piel según el árbol en que se encuentra, te ajustas a cualquier cosa ahora que te falta el sueldo, ¿dónde estabas cuando te necesitábamos en la manifestación del Rio? yo te lo diré apedreándonos a todo un pueblo y mirándonos por encima del hombro, sinvergüenza rastrero.
ResponderEliminarveleta,tu eres lo peor que le a pasado al pueblo de castril, con diferencia.
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