viernes, 14 de octubre de 2011
A LA "PUTA" CALLE.
Hoy me ha contado Paquillo, asombrado, atónito y desconcertado, que sin previo aviso y faltando a lo prometido, ha sido despedido de su trabajo. La cosa tiene su miga, sobre todo cuando es sabido que el pobre estaba de baja por una grave lesión en la mano, a la espera de una complicada operación y de la consiguiente rehabilitación. Pero cometió el error de atender el requerimiento del Alcalde y pidió el alta voluntaria para ayudar en estos días de fiestas, posponiendo una operación que no debería haber retrasado, como tampoco debía haber confiado en las buenas intenciones y las promesas con las que le convencieron. Sin ser un experto en estos temas y a riesgo de ser osado al valorarlo, estoy convencido de que sus derechos laborales que no se han respetado. Sin el tiempo considerado legal para avisar del fin de una relación laboral, ayer mismo recibió el documento que le informaba de la rescisión inmediata de su contrato. Mañana no vengas, en el Ayuntamiento ya no tienes trabajo, le comunicaban ayer por escrito, sin mediar más explicaciones, cumplir plazos legales o respetar lo dicho y acordado. Es lógico que en este difícil momento, este Ayuntamiento, como los de todos los pueblos, esta sin remedio obligado a reducir el número de empleados y, con ello, reducir al máximo los gastos. Pero esta realidad tan dura, que está provocada y nos procura la crisis económica, no es eximente o excusa para dejar tirada a la gente con tanta frescura.
Desde que conocí la noticia no dejo de darle vueltas y lamentarlo, en absoluto me extraña que el despedido esté destrozado, hundido, preocupado y desorientado. Quién no lo estaría cuando de su trabajo depende el bienestar de una niña de apenas tres años, que nació con una gravísima lesión de corazón que precisa una complicada y constante atención, cuando está a punto de nacer un segundo hijo y cuando, para colmo de males, una inoportuna lesión en una de sus manos le impedirá seguir trabajando. Quizás no lo han pensado o puede que al tomar tal decisión no han sopesado las consecuencias y el resultado de un despido que, a mi juicio, es injusto, innecesario, cruel y desconsiderado.
Como dije antes, soy consciente de que es necesario y urgente que el Ayuntamiento recorte sus gastos. Apretarse el cinturón es imprescindible, no hay otro remedio que gastar lo justo y necesario, sin perder tiempo en aplicarlo.
La crisis económica que nos arrastra, desconcierta y vapulea como a un muñeco de trapo. La paulatina escasez de ingresos y medios para llevar a cabo una buena gestión municipal tiene evidentes consecuencias que conllevaran la toma de decisiones drásticas y medidas de ahorro impopulares. Uno de esos daños colaterales que impone la grave situación económica de los Ayuntamientos será el despido de empleados, más o menos prescindibles. Lo que es bastante llamativo y contradictorio es que se acometan estas duras medidas de ahorro y los consiguientes despidos, cuando se mantienen seis dedicaciones exclusivas y las respectivas remuneraciones económicas de los Concejales del Equipo de Gobierno de Castril.
Pretender ahorrar en lo uno, sin hacerlo en lo otro, no se puede defender o justificarlo. No se puede pretender ahorrar despidiendo empleados y a la vez mantener un gasto tan desmesurado e innecesario en altos cargos. Mantener como justificación, excusarse o afirmar que los gastos generados con los sueldos de los seis Concejales del “cuatripartito” son inferiores a los que yo percibía, además de una falsedad absoluta, flagrante y fácilmente desmontable, es un despropósito y una tomadura de pelo supina. Las cuentas son sencillas y fáciles, mi sueldo neto como Alcalde era de 2400 euros y el sueldo de cada uno de los seis Concejales del gobierno actual es de 1200 euros. Yo no cobraba dietas, salvo en ocasiones muy puntuales, tampoco presentaba gastos personales por desplazamientos y para viajar contaba con los servicios de un taxista. He viajado mucho, esta es una crítica unánime en mí gestión, pero en el reproche se olvida el resultado que para Castril tuvieron tales gestiones y desplazamientos.
El momento actual es claramente distinto al que nos tocó vivir en los años en que yo estuve al frente del Ayuntamiento de Castril y, por lo tanto, no tiene sentido recurrir constantemente a lo que hicimos o dejamos de hacer entonces, pues ya no es aplicable en la situación actual. Aun criticando mis errores y fallos, aún despertando el rechazo a muchos vecinos, aunque se me quiera relegar y degradar como persona “non grata”, a pesar de todo, nadie puede negar que en los nueve años que fui Alcalde llevamos a cabo una evidente transformación de nuestro municipio, cuyos frutos son tangibles, positivos y constatables. Para que esto ocurriera fueron necesarias muchas idas y venidas, muchos kilómetros, horas de viaje y cientos de visitas a despachos de administraciones de distintas ciudades. El pueblo de Castril ha sido, con diferencia, uno de los municipios de la Provincia de Granada que más inversiones y actuaciones han recibido y ejecutado. Nadie, nunca, trajo nada a mi despacho, lo busqué yo, en ningún lado dan duros por pesetas y para conseguirlo hubo que pelearlo duramente. Están por ver y juzgar los logros de este nuevo Alcalde y el fruto de sus gestiones ante las distintas administraciones en beneficio del municipio. Tampoco en este caso ahorrare elogios para los logros, si los hubiera, de su gestión. No obstante me parece inmoral aprovechar y rentabilizar como propios los proyectos que gestionaron, desarrollaron y consiguieron otros. Ya sea el camino de Tubos, el de la Dehesa, el nuevo Colegio Público de Almontaras, etc., etc., etc.,….
Pero volviendo al tema que nos ocupa, a la rescisión del contrato de Paquillo, Francisco Jesús o Paco, sólo quiero decirle, con el corazón en la mano, que lamento el trance y el duro momento que vivir le ha tocado.
Dice un refrán que "Dios aprieta pero no ahoga", por mucho que hoy te apriete esta soga, ten por seguro que saldras adelante de una manera o de otra.
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como salimos todos sin haber estado chupando del ayuntamiento o del dinero de todos...
ResponderEliminarA quien quieres engañar? pero que crees???? que los castrileños se creen la sarta de mentiras que estas contando? siempre has pensado que la gente no sabe todo el dinero que ha entrado a castril años atras y sólo al pueblo le has dado una pequeñísima parte? tu crees que nos chupamos el dedo con todo esto que estás contando? sabes que muchísima gente no se cree todo esto que nos cuentas? con el monton de injusticias que has hecho tu en el pueblo con tantísima gente y el daño que has hecho....¡¡ el ladron piensa que todos son de su condicion¡¡¡¡
ResponderEliminarEl problema es que los lametones en el culo se los han dado siempre los mismos, Melitón, Miguel el Fontanero ,Lázaro el Taxista y varios más, y el tío a creado un callo en el culo que ni el Cesar el panadero de los Chavos puede rompérselo a fuerza de puntazos.
ResponderEliminar¿ alguien puede decir quién es el tal Poquillo ese con apodo incluido? hombre para enterarnos los que estamos fuera del pueblo.
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