Me asalta una duda que me suscita una enorme preocupación

Siguiendo el consejo de un asiduo del blog, hoy me olvido del amor, las musas, los poetas o los pensadores de la antigüedad y dedico mi tiempo y regreso a la dura, penosa y candente realidad.

En ese empeño al que hoy me encamino por mi propia voluntad, se me plantean algunas preguntas que alguien debiera poder contestar o aclarar.

Me asalta una duda que me suscita una enorme preocupación, la cuestión que en vilo me tiene, es que si todos los vecinos que son dependientes y están a la espera de la ayuda social de la administración, tienen los mismos derechos y los ven satisfechos con semejante rigor. Si son valorados y atendidos con igual vara de medir, sea cual sea su color. Me refiero a que espero que no se estará perpetrando el injusto atropello de atender antes y sin criterio profesional, las demandas de algunos, relegando a los que sufren la misma necesidad y, estando delante, se ven desplazados a un segundo lugar. En un asunto tan delicado y vital ha de prevalecer un riguroso criterio imparcial y está de sobra el amiguismo y la arbitrariedad.

Como ocurre que datos reales no tengo y tampoco el acceso que me permita contrastar y valorar la legalidad del criterio seguido en realidad, me limito a apuntar la inquietud y el desasosiego que me produce cuanto se refiere y afecta a este derecho fundamental.

Ya lo he manifestado en alguna ocasión y hoy lo mantengo, me refiero a que tengo confianza y siento respeto por la capacidad y criterio de la Concejal que está a cargo del servio social municipal, precisamente por eso, espero que lo que digo y las dudas que albergo, en relación a los criterios para otorgar las ayudas a las personas dependientes, con fondos que salen del presupuesto local, me equivoque y tales objeciones e indicios no sean verdad, ni cercenen los derechos de los dependientes, ni, en realidad, se dispense a los usuarios un trato injusto, caprichoso o desigual.

Como todos erramos y nos podemos equivocar, lo verdaderamente importante, loable y sabio, es la capacidad que tenemos para rectificar y enmendar.