" MAL ENTENDIDO.
Hoy pedí en el Ayuntamiento el teléfono de una auxiliar de ayuda al dependiente, pues aunque parezca extraño y al haber perdido los números de mi agenda, me pareció lo más sencillo pedir ese favor en su lugar de trabajo. Más tarde caí en la cuenta de que haber hecho esto quizás le suponga un problema o para una broca sea pretexto. Confío en que así no sea, creo más lista a la persona que me dio en número y me atendió con presteza. El motivo de tal petición no era otro que la obtención de otro número de teléfono de un amigo común con el que tenía hoy previsto el almuerzo. Sólo se trataba de eso y por esa insignificancia sin importancia, no quisiera que, la que me con tanta amabilidad me atendió, a la auxiliar retirara su confianza. Es, desde luego, un incómodo fastidio que tenga que andar con pies de plomo a la hora de hablar con los empleados del Ayuntamiento, pues si tal cosa descubre el Alcalde o algunos, no todos, de sus Concejales, tendrán asegurado un problema aquellos que osen cruzar conmigo una palabra.
Puede que parezca una exagerada locura y que no sea para tanto la obsesiva manía con la que, presumo, el Alcalde desconfía de todos y coloca a algunos en el punto de mira. Pero mucho me temo que, por lo que observo, constato y veo, es lo que les toca sufrir a quienes pende de un hilo su empleo. Como muestra el “botón” de un reciente despido y despedido, al que alguno de la camarilla que rodea al Alcalde, amenazó con el reproche de que mal le irían las cosas si me paseaba en el coche, a su vehículo particular me refiero, en el que una tarde hizo el favor de llevarme, pues de todos es conocido que yo no tengo coche con que desplazarme.
Soy consciente de que suele pasar que los que trabajan para la Casa Consistorial, sean funcionarios, eventuales o personal laboral, cuando se cambia de Alcalde y de Gobierno Local, se les coloca en el punto de mira, se sospecha de ellos y se cuestiona su profesionalidad. Craso error y torpeza, pues de mi propia experiencia he aprendido, me enseñaron y como lección extraigo, que los que trabajan para el municipio no son políticos y no debieran sentir el opresivo peso y el miedo de padecer represarías por haber trabajado con otro Alcalde y gobierno. Ojo a lo que digo y escribo, trabajando “con” el Alcalde, no para “él” como individuo y sí para el municipio. Digo que esto y afirmo que yo lo aprendí con su ejemplo, porque también yo, cuando llegué al Gobierno, albergaba mis dudas al este respecto, cierto es también que en muy pocos días comprendí el gran error de dudar de ellos, aunque pronto reconocí que son unos excelentes, competentes e independientes trabajadores que no merecen ser cuestionados o menospreciados por los responsables políticos.
Conozco bastante bien la realidad de otros Ayuntamientos, de sus trabajadores y rendimiento. Me jacto de ello porque me tengo los datos objetivos para hacerlo y he podido comparar y examinar la preparación y calidad del trabajo de unos y otros, de estos y aquellos. Esta experiencia me permite asegurar que el Ayuntamiento de Castril cuenta con unos trabajadores, ya sean funcionarios, laborales o eventuales, que sobresalen muy por encima del resto y, por eso, en un ambiente adecuado, cuando reina el buen rollo, la confianza y la sintonía entre quien gobierna y quienes están bajo su mando, es posible obtener mejores resultados de los que se logran cuando se desconfía de todos y se hace un infierno del lugar de trabajo.
Confío y espero, que se imponga razón, objetividad y el buen criterio. Que cada cual se ubique en su sitio o puesto, pero sobre todo me refiero a algo que a menudo no hacemos, a que respetemos la honestidad, honradez y profesionalidad de quienes trabajan para el Ayuntamiento, con este, el pasado o en un futuro gobierno.
¿Y digo yo, ahora no llamas a Lazaro con el Taxi verdad por que tienes que pagarlo tu chorizo?
ResponderEliminar¿Y digo yo, ahora no llamas a Lazaro con el Taxi por que lo tienes que pagar tu verdad chorizo?
ResponderEliminar