Desde un lugar de nuestro pueblo Desde un lugar de Nuestro pueblo: TOXINA BOTULÍNICA

viernes, 7 de octubre de 2011

TOXINA BOTULÍNICA



No se sí es por la toxina botulínica, fruto de un lifting o resultado de una sobredosis de acido Hialurónico, lo cierto es que cara de la sota, con su amplia y forzada sonrisa, más que reírse parece que padece un nefrítico cólico.
Después de este breve apunte y somera reseña de fallidas técnicas de coquetería y belleza, me embarco de dejar mi opinión sobre los cambios en festejos y horarios.
Desde una esquina del coso taurino, agazapado en una destartalada barrera y en la puerta de la que un día fuera la fallida Peña Taurina, he visto el encierro y la emocionante llegada de las reses bravas y los imponentes cabestros. Y si he de hacer honor y justicia a lo que me han parecido y me sincero al dar mi opinión, no me queda otra cosa que reconocer que me gustó el invento y su resultado final. Tal como dije en alguna ocasión, si el “sueño” soñado por este Alcalde de sueños nublado, o para ser justos, si el que merece la medalla de este meritorio trabajo, que no es otro que el Concejal de Festejos, problema o escollo no habría para felicitarle por lo presenciado. Me gustó, me pareció afortunado y, más que perder, ganamos con estos cambios. Y sí, si rememora tiempos pasados y al reconocerlo admito que las dudas y críticas que sobre el tema no he ahorrado, hoy no tienen sentido, más que en el desproporcionado aumento del gasto. Cuando he de ser duro, lo soy sin reparo, pero cuando hay algo bueno y logrado, tampoco me privo de resaltarlo.
Sin ser “torero” y aunque en mis venas no corra el gen de valentía torera que fluye y palpita en el castrileño, al ver llegar las vacas al trote y encerrarse en los chiqueros, no he podido evitar el acelero del pulso y el chute de adrenalina que, de las uñas del pie al último y escaso pelo de la cabeza que sujeta mi cuello, como un latigazo, me ha recorrido el cuerpo.

Para terminar este apunte y mi valoración de lo visto y vivido desde el burladero, concluyo afirmando que, pese al tema económico, fue emocionante y positivo el invento. Como estamos en fiestas y de disfrutar se trata y no de plantear peros, sin empacho o recelo, felicito a los organizadores de estos “recuperados” encierros.

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