DEMOCRACIA REAL

Para el buen gobierno de un Ayuntamiento, el diálogo es la base para el entendimiento. Y aunque es verdad que saber hablar bien, no significa que uno tenga las mejores cosas que decir, la realidad es que poco se puede aportar, malo o bueno, absurdo o genial, cuando ni se te deja, invita o permite hablar y, mucho menos, dialogar.

Para muchos, los políticos somos unos grandes farsantes, que hablamos mucho, sin cumplir nada de lo prometido o dicho. Esto se podría aplicar, como muestra ejemplar, a la falsedad de aquella promesa de quien iba a gobernar con una novedosa y transparente “democracia real”. Esta milonga, cargada de demagogia y falaz, viene a demostrar que cuando uno no tiene un proyecto, ni nada que decir o aportar a su pueblo, se dedica con fuerzas denodadas a envolver la mentira con vanas intenciones y huecas palabras.

A pesar de la lógica crítica y de la injusticia de meter en el mismo saco a los políticos corruptos y honrados, no podemos negar la obviedad y la certeza de que la política es perfecta, aunque tenga un claro defecto, que es que nunca sabemos a ciencia cierta la catadura moral de quién la práctica y nos gobierna.

Evidentemente no soy objetivo al decir lo siguiente, pero cuando analizo los motivos reales o el fin esencial para alcanzar el pacto que sostiene a este Gobierno Local, me doy cuenta que si se supone que un Alcalde y su Gobierno representan la voluntad del pueblo; ¿A quién, entonces, representa este Alcalde y su Equipo de Gobierno? A la voluntad mayoritaria del pueblo, no, desde luego.

Lo que yo entiendo es que, aunque sea admisible y legal, no es natural que se gobierne con un acuerdo imposible y que, a mi modo de ver, es indecente, porque la única meta u horizonte que tenían para unirse era quitar, como fuera y al precio que fuese, al Alcalde que verdadera y mayoritariamente eligió la gente.

La política se pervierte cuando frente al interés general prevalece la animadversión, la inquina o en ánimo de venganza contra una persona, en este caso, contra el legitimado Alcalde que gobernaba.

Lo que yo advierto y a lo que me refiero es que el motor que impulsa y hace andar a este Equipo de Gobierno Municipal se alimenta del odio y odiarme es su meta final. El proyecto de futuro por el que gobiernan y en el único en que realmente piensan o se esfuerzan, es que yo no lo tenga y que me hunda o desaparezca de la faz de la tierra. Por eso, presumo que la verdad es que su “democracia real” nació y tiene como objetico o única finalidad, el acoso y derribo de una persona en particular, que soy yo y, por tanto, lo que buscan es mi aniquilación personal.