Desde un lugar de nuestro pueblo Desde un lugar de Nuestro pueblo: JJ nos dice adios

jueves, 1 de diciembre de 2011

JJ nos dice adios






No sé por qué será, pero por ahora ganan los que me aconsejan que me debiera marchar. Menos mal que no acepto consejos vía sms o con mensajes secretos, si lo hiciera, el Alcalde abriría una cuenta gratuita para financiar y asegurarse que mi decisión sea la que a él mejor le viniera, es decir, que me fuera.
Ya me veo, como en una moviola, viviendo y trabajando en Lisboa. Por lo pronto he decido poner en venta mi finca ruinosa, con su ruinoso cortijo incluido. Total, para que lo quiero, cuando, según afirman algunos, soy propietario ficticio de innumerables casas, chalets, fincas y cortijos, en distintitos lugares del mundo o en paraísos fiscales.
Que nadie tome en serio o se crea como cierto, que tengo más riquezas o bienes que las que compré con mi propio esfuerzo o dinero y que están en Castril solamente, como todo el mundo conoce.
Mi supuesta e ilícita riqueza, en total se cifra y concreta, en una finca ubicada en Santa María, que cuenta con un puñado de olivos raquíticos, una nave prestada al taller del vidrio y las cuatro paredes hundidas de un cortijo, para finalizar la relación de los bienes que poseo y que, para que quede claro, compre antes de ser el Alcalde del pueblo, también tengo un piso en la plaza o, para ser más concreto, en el número 11 de la calle del Carmen, letra A, del piso primero.
Esta es, en definitiva y resumiendo, la riqueza en bienes y dinero que tengo. Ante la duda y frente a quien reste crédito a la veracidad de lo que en verdad poseo, mantengo el reto que ya lance en otro momento y afirmo, juro o prometo, que aquel que demuestre que tengo otra casa, piso, dinero en el banco, chalet o barco, se los regalo. Un inútil empeño será, pues no tengo, ni compré o vendí, propiedades en países exóticos, ni casa en Londres, ni villa en Italia, tampoco apartamento en una isla africana y mucho menos un piso o mansión en Granada.
Igual que yo los regalo, si es que encuentran por algún lado esos supuestos bienes que ilícitamente he comprado, aquellos que afirman lo contrario deberían estar obligados a regalármelos, como castigo por mentir y expandir un bulo o rumor, tan falso y mezquino, como malintencionado.
Hay alguna gente que con avidez, mucha mala leche, impunidad y rapidez, se lanza a elucubrar e inventar trolas, construyendo fantasiosas historias y alguna otra sandez, para poner en duda o dañar mi honestidad y honradez. En lo que a mí respecta y hasta la fecha, mi proceder ha sido intachable y está fuera de sospecha.
Está claro que no todo el mundo es igual y, por eso, anda bastante equivocado el que afirma que un Alcalde no puede ser honrado. De todo habrá en la viña del señor, Alcaldes o Concejales buenos, regulares o malos. En política, como en todo oficio o labor, son menos los que actúan mal y son más los que lo hacen trabajando por el bien general, sin anteponer su interés particular.
Cierto es también, para qué negarlo, que el político está desprestigiado de ante mano y que esta es una percepción o rechazo ganado a pulso, aunque en la mayoría de los casos tal opinión o concepto preconcebido, sea injusto e inmerecido.
Mi amada y querida amiga Ana, me preguntaba esta mañana, que si planifico de antemano lo que escribiré cada tarde y si lo hago esté o no inspirado. Releyendo el texto hoy redactado, queda claro que escribo sin pensar demasiado y que hay más de impulso aleatorio, de caprichosa elección o de ocurrencia e imaginación, que de planificación y premeditación.
Inspirado o sin inspiración, cada día espero impaciente a que llegue ese instante de la tarde en que me planto frente al ordenador y escribo en mi blog. No pretendo agradar a cada lector, aunque no niego que me esfuerce en escribir con esmero y primor o que, en el fondo, ese no sea un buen acicate para devanarme los sesos y exprimirme la mente para escribir y agradarles cada tarde.



Como de costumbre, acabo por donde empecé y diré que, todavía, no deshojé la margarita de si me voy o me quedo, que quiero o querría y que pasaría con la opción elegida.
Si, no, si, no,….., no, si, si no, sea como fuere, esta es una complicada elección que, a fin de cuentas, solo a mi compete e incumbe y que tendré que tomar yo solamente.
Que no me vaya y me quede, me pide alguna gente, mis amigos me dicen, ¡Vete! ¡Vete! ¡Vete!
Tanto como me anima la ilusión de tan atractiva propuesta e invitación, me frena el temor de estar lastrado, viejo o demasiado mayor, para iniciar una nueva vida en otro país, habitar en una nueva ciudad o dedicarme a una nueva labor. No me frena el idioma, aunque, entendiéndolo, para hacerme entender, utilice el “portuñol”, o sea, mezclando palabras del idioma portugués y del español. Tampoco me asusta aprender a desarrollar otra función o labor. No tengo miedo a vivir o desenvolverme en otras culturas con distintas costumbres. No me causa desasosiego lo nuevo, ni zozobra o desvelo, abordar un nuevo proyecto, aunque este sea ambicioso, arriesgado e incierto. Sí me asusta alejarme de mi familia y de su cariño, protección o afecto. En verdad, esto sí sería lo que inclinaría la balanza ante la disyuntiva de la opción por la que me decidiría

4 comentarios:

  1. Pues es una pena JJMar, que no aceptes consejos y te vayas, estoy seguro que no te echaríamos de menos.

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  2. Te echaremos de menos JJ tenlo por seguro.

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  3. SOLO SE ENTRETIENE CON NOSOTROS NO LE PAREIS BOLA A ESTE VULGAR CHORIZO DE JJ

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  4. NUNCA FUISTE NADIE JJ NI LO SERAS JAMAS, AH SI UN VULGAR CHORIZO ESO SI QUE LO ERES.

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