Un poeta, maricón

Dice un refrán polaco que la avaricia rompe el saco. En realidad el refrán es universal y solo para que rime, yo se lo achaco a un polaco.

Un poeta, maricón y maldito, afirmaba que un cínico es un hombre que sabe el precio de todo, pero que no valora nada.

Hay otro refrán que se ajusta a este Alcalde y a sus actos o referentes; “Primero son mis dientes que mis parientes”.

O, lo que es lo mismo, si para ocupar sillón y bastón hay que pagar peajes o poner un sueldo a los Concejales, no lo duda, haya o no caudales o aunque con estos afanes se lleve a la quiebra al Ayuntamiento y se esquilmen las cuentas municipales.

Lo cierto es que con el dinero se puede comprar un lugar en el cementerio, pero no un lugar en el cielo. Se puede sustentar un pacto de gobierno, pero no se beneficia o convence a los vecinos del pueblo.

No menos certero es que quienes creen que el dinero lo hace todo, terminan haciendo todo por dinero, o dicho de otro modo, que de aquel que opina que el dinero puede hacerlo todo, cabe sospechar con fundamento que será capaz de hacer cualquier cosa por dinero. Lo dijo Benjamin Franklin, no soy yo quien acuñó o inventó un pensamiento tan verdadero.

Para gobernar, pagando o sin pagar, al final, lo que resulta una obviedad, es que quien quiere mentir, engaña y se miente, el que quiere o cree engañar.