AXIOMA

Si para evitar la crítica es necesario cumplir con el axioma; “no hagas nada, no digas nada y no seas nada”, yo prefiero ser una persona criticada.

Cuando la gente se ocupa en criticarte, es porque algo haces, malo o bueno, o porque la pena vales.

Decía Sófocles que no se puede juzgar la vida de un hombre hasta que la muerte le haya puesto término, aunque la verdad es que solemos ser muy condescendientes con quienes mueren y la muerte suele redimir a malos y buenos.

Séneca decía que la vida es como una leyenda: no importa que sea larga, sino que esté bien narrada, yo añado que también es importante que sea ecuánimemente juzgada.

Dice la Biblia que al justo y al impío los juzgará Dios; porque en el Juicio Final y ante Él, supuestamente, habrá un tiempo para ser juzgado, condenado o premiado, por todo lo hecho, bueno y

Y para acabar con esta disertación sobre crítica, Dios, juicio, jueces y jurado, recurro a otra cita del Libro Sagrado;

“No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque con el juicio con que juzgáis, juzgados seréis, y medidos con la medida con que midáis a vuestros hermanos”.