Hoy Estoy Peor que Ayer

Puestos a puntualizar, me permito parafrasear y rescatar lo que, sobre deudas que pagar, un día me escribiera Pilar. Cabe esperar que esta osadía no le llegue a enfadar, molestar o incomodar.

Ella tenía una cosa clara como la luz del día, decía que después de quemar al "maricón", como buenos nazis, en la plaza pública de la población y arrastrar por el suelo su dignidad personal y su honor, no pretenderían venir diciendo que el Centro Saramago podría ser motor de algo o una prioridad para los que antes lo han atacado.

Se intentó recuperar la industria del vidrio, desarrollar una fantástica actividad cultural y mil cosas más, aprovechando el tirón del nombre de José Saramago y la generosidad de Pilar, pero lo cierto es que esos proyectos fueron sistemáticamente boicoteados desde dentro por ellos y por la misma gente que hoy ostenta el gobierno, para que el “marica” no se pusiera medallas o se arrogara el mérito.

Por eso a Pilar le parece cínico que ahora vengan diciendo, en plan mayestático, lo mismo que el “maricón” esgrimía antes como argumento; que la cultura es el mejor motor de desarrollo local para el pueblo y que el Centro Saramago era un proyecto excepcional y acertado.

¡Venga ya! ¡Menos cuento!

No pueden pasarse la vida hablando del malo que ya está liquidado o del pasado, que hagan su política presente y para el futuro inmediato. Y que asuman las deudas, como hacen todos los que vienen detrás, que le paguen de una vez al Maño, si es que se le puede o debe pagar en realidad, y todo lo que se deba además, que eso es la democracia y la obligación del que ha de gobernar. ¿O quién va a pagar la deuda de España? ¿Zapatero? ¿Y la de Estados Unidos? ¿Pagó Bush? ¿Va a pagar Obama?

Por favor, un poco de dignidad y de amplitud de miras. Y si no lo asumen, si no fueron capaces de controlar en la oposición, es que son unos mantas, que se retiren y dejen que gobierne el que sí será capaz de afrontar y solventar los problemas.

Me encanta lo escrupuloso que es el nuevo Alcalde y qué perfil de hombre de estado, qué honestidad más grande y sanidad metal tiene. Ojalá la transparencia que quieren inocular en el mundo mundial, no la agoten toda en buscarle facturas al “maricón”, ojalá alguna vez emitan un comunicado con alguna veracidad. Parece que José Juan era el único Alcalde que debía en el mundo, como si TODAS las administraciones de España no estuvieran endeudadas.

Lo he dicho en multitud de ocasiones y no me cansaré nunca de decirlo, hasta que se enteren los castrileños, del primero al último. Ni Pilar del Río y mucho menos José Saramago, han presentado JAMAS factura alguna a cargo del Centro José Saramago de Castril, ni solicitado o exigido gasto o pago alguno en sus visitas. En los muchos años que Pilar del Río lleva organizando actos públicos, jamás ha pagado 9.000 euros (millón y medio de pesetas) por un “convite”, aunque, si se le hubiera presentado la factura detallada del referido y falaz “banquete nupcial”, antes de padecer la humillación pública a que está siendo sometida y el consiguiente descrédito, la habría pagado de su bolsillo y esa fue su intención como medio para frenar esta bochornosa situación. Aunque en pagar tal cantidad por un aperitivo no andaría demasiado acertada, porque más que un convite parece un robo a mano armada.

Lo que está claro es que lo que fue un acto extrema generosidad con Castril, tanto de Pilar del Río como de José Saramago, se ha convertido en una fuente de controversia y conflictos políticos, que dañan la imagen y el prestigio de un hombre y una mujer dignos, tan dignos que resulta incompresible, para tantas personas, lo que ha ocurrido con el Centro José Saramago de Castril.

Lo que Paco del Río olvida, o de lo que no se ha enterado todavía, es que desde la llegada del nuevo Equipo de Gobierno Local de Castril se puso de manifiesto y ejerció una beligerante hostilidad contra el Centro José Saramago, con un claro interés en poner en cuestión su actividad, que llegó hasta negar el acceso a sus instalaciones y, por tanto, a la documentación allí guardada, al gerente del mismo, motivo por el cual no se ha podido presentar los informes requeridos por la Diputación de Granada o por el mismo Ayuntamiento castrileño. Es importante aclarar que, año tras año, se ha justificado hasta el último céntimo de la aportación económica de la Diputación de Granada al Centro José Saramago y que las cuentas se han intervenido por un Secretario habilitado y auditado por contables externos cada año, salvo, claro está, las del ejercicio en el que estamos.

En la línea de María Isabel Iruela, con la misma estrategia de desacreditar sin tener una sola prueba y haciendo bueno aquello del “difama que algo queda”, Paco del Río insinúa, aunque no lo diga de forma expresa, que yo he robado el dinero del Centro José Saramago y esta es, mucho cuidado, una acusación muy grave y afirmar tal cosa, arriesgado y temerario.

Yo le aclaro que, siendo buen gestor, regular o manifiestamente malo, nunca he dejado de ser honesto y honrado y, por supuesto, nunca he robado, ni en el Ayuntamiento, ni en el Centro José Saramago.

Tal condición, la de ladrón, no la he mamado, aunque si de mí lo piensa el que me ha difamado, es porque quizás, si en mi lugar hubiera estado, él sí habría robado.

El que de una patada accedió a las oficinas del Centro José Saramago, cambió sus cerraduras y dejó sin tutela lo que allí estaba guardado, es el que tendrá que dar las explicaciones en un Juzgado.

Tengo muy claro que si se me hubiera dejado desarrollar mi trabajo, a día de hoy habríamos pagado hasta el último euro adeudado. Porque, aunque el Centro José Saramago tuviera problemas y estuviera endeudado, de haber habido buena voluntad todo se había arreglado. Pero, como la intención manifiesta ha sido siempre la de convertir sus problemas en el ariete con el que he sido atacado y desacreditado, no había otro remedio que llegar a donde hemos llegado; a desprestigiar y atacar al Centro José Saramago, hasta que lo han hundido y arruinado.

Yo le pregunto a Paco del Río, cómo puede uno defender, explicar o aclarar las cuentas y la gestión que se ha llevado a cabo, cuando no cuenta con la documentación de su trabajo, cuya integridad y tutela, presuntamente, se han puesto en riego o vulnerado y ni siquiera puede acceder a su despacho.

Antes de ser acusado, que alguien responda a la pregunta que en el aire he dejado.

Paco, no se tu, pero yo si soy un hombre honrado y, salvo que mienta o sea un falsario, nadie podrá demostrar lo contrario.