Hoy vino, nuevamente, una televisión a Castril para recabar información sobre otra denuncia contra mí.
En realidad, más que otra querella, es una queja. Parece ser que Toni el del Maño la ha llamado por un presunto impago del Centro José Saramago.
Él no lo reconocerá, pero sabe que la verdad es que la deuda es de la Universidad.
Uno nunca debe olvidarse de que nadie puede fiarse de quien jura algo y para apostillarlo como verdadero o falso, añade algo tan poco acertado como que se mueran sus hijos o algún allegado.
Digo esto porque cuando salió en los medios de comunicación la falsa noticia sobre una factura de la boda de Saramago, como estaba en Cádiz, telefoneé a Toni para que me explicara de dónde salían tales datos. Una y mil veces me dijo que él no había dicho nada y si mentía que se murieran sus hijos. No pongo en duda que los quiera con locura, pero lo cierto es que juró en falso y mintió sobre la factura.
Fue él quien filtro esa información al Alcalde, este al PP y Torrente lo vertió a los medios de comunicación.
Como Toni ha optado por florearme en la televisión, con falsedad y descaro e, imagino, que de la mano del Alcalde y a su dictado, no me queda otro remedio que explicar al dedillo la verdad de lo que ha pasado.
De antemano diré que la situación del Cetro José Saramago es muy grave y su futuro incierto y complicado. Esto es así, fundamentalmente, porque, desde el principio, este Ayuntamiento se empeñó en hundirlo.
Es verdad que hay muchas facturas sin pagar, pero no es menos cierto que poco se puede solucionar o hacer algo, cuando se le niega e impide al gerente acceder a las instalaciones del centro citado.
El tema de la factura adeudada a Toni del Maño, esa que con bastante mala intención achaca al supuesto banquete por la boda de Saramago, cabe destacar que ni hay tal factura, ni tampoco hubo un banquete, ni es cierto que Saramago o Pilar tengan algo que pagar a ningún vecino del pueblo.
Sí es verdad y nunca lo he negado, que hubo un aperitivo para clausurar las actividades de presentación de la Cátedra José Saramago y no es a mí o a Pilar, es la Universidad de Granada a la que le correspondía pagarlo.
Sea como fuere, D. Antonio Fresneda el Olmo nunca llegó a presentar esa factura de forma oficial y, por tanto, poco ahora la puede reclamar. También es verdad que para no verse arrastrada y ultrajada en los medios de comunicación, Pilar la quiso pagar de su bolsillo y que, ante esta bochornosa situación, yo mismo decidí liquidar la cuenta para evitar el mal trago a Pilar y el feo gesto a la memoria de José Saramago.
Por eso, como me encontraba en Cádiz y ante la gravedad del tema, pedí a Luis Anselmo que localizara a Toni, que lo llamara para que, a su vez, él me llamara y me comunicara el importe de la factura para pagarla.
Pero, como si de un milagro se tratará, lo que se acordó como un aperitivo de unos 1200 euros aproximados, ascendió, sin explicación, desglose, facturación legal o detalle, a 4800 euros, cantidad que, por el aperitivo servido, ni se trató, ni lo habría valido.
Esto puede deberse a un exceso de cara dura o, quizás, a que algunos quieren pescar y sacar réditos en ríos revueltos.
Sí de verdad tal factura existiera y fuera real la cantidad que demanda y que, a mi juicio, Toni se saca de la manga, cabe preguntarse por qué la reclama en la televisión y no en un Juzgado de Instrucción.
El PP y el Alcalde cifran la deuda en 9000 euros, Toni no se aclara y lo mismo reclama 4800, que 12000 euros, más o menos.
Pero, lo cierto y verdad, es que nunca se entregó factura alguna en ese concepto o por esa u otra cantidad de dinero.
A las preguntas del periodista de televisión, he contestado con rotundidad y razón, que poco puede hacer alguien para arreglar un problema o gestionar su solución, cuando la primera orden que el Alcalde dio, es que se forzaran y cambiaran las cerraduras de las oficinas de la Fundación.
Han pasado más de seis meses desde que no puedo acceder a sus oficinas y a la documentación, pero el día que entre, lo haré con un Notario que de fe de su situación. Lo que nunca haré es asumir el craso error del Alcalde de violentar y dejar sin tutela los documentos de una institución de la que sólo es una parte, vulnerando la legalidad y dejando clara su aviesa intención.
Se ha demostrado que el Alcalde lo ha logrado, pues su objetivo está claro y estaba empeñado en cargarse el Centro José Saramago.
Lo de Toni no tiene nombre y estoy asombrado, será por eso que mi padre, al verme tan disgustado, me ha dicho, indignado y defraudado, que en su casa no es bienvenido, ni respetado, el que tiene más caras que lados un dado.
Para cobrar una deuda, parece mala estrategia apuñalar o matar al deudor que pagarla quisiera. Además, resulta curioso y revelador que para cobrarse la cuenta,uno se vaya de la mano del que causó el problema.
Todo sea por ayudar al Alcalde a arrastrar por el suelo al adversario y hundir, de paso, el Centro José Saramago.
Me doy cuenta y pienso que el afecto que ahora le une con el nuevo Alcalde del pueblo, será tan sincero como el amigable respeto que me profesaba cuando era yo el que ostentaba ese puesto. Con este argumento, ahora entiendo que el que antes se vanagloriaba de ser un amigo sincero, hoy sea un enemigo confeso y fiero.
El dilema ante tan desacertada estrategia, es si no muestra escasa inteligencia el que ataca y cierra la puerta al que de verdad quería o podía solucionar el problema y, para ello, va del brazo del que lo provocó a conciencia y no tuvo en cuenta la consecuencia.
No negaré que me quedé de una pieza cuando el periodista que pregunto sobe el tema y que no me esperaba que Toni fuera capaz de una cosa tan fea. Pero todos los días se da uno cuenta de la falsedad traicionera que más de uno demuestra.
Allá cada cual con su mala o buena conciencia.